martes, 16 de octubre de 2012

Leandro Pastrana: su vida... es puro teatro.

Sus primeros pasos por el mundo del teatro tuvieron lalrededor del año 2000 y la razón, fue simple y sencillamente, ligar. Su hermana le dijo: “¿Porqué no te vienes que vamos a formar un grupo de teatro clásico” en la universidad?. Su respuesta fue de duda, pero ella insistió en que había muchas chicas, y fue el detonante para ingresar en un mundo del que se dio cuenta que jamás podría (ni querría) regresar. 

        No puede recordar esos momentos sin nombrar a Koki Sánchez, Antonia Carmona y Emilio Flor, personas que le influyeron mucho en esos primeros momentos. Uno tras otro fueron pasando los años, inmerso en obras de teatro clásico y cursos, muchos cursos, más de los que podía abarcar. En este etapa es imposible no nombrar a José Troncoso, con quien ha tenido la suerte de realizar varios cursos. 

        Durante esos años, conoció obras como “Los Gemelos” , “Lisistrata”, “Las avíspas” y alguna tragedia como “Agamenón”. Y paso a paso continuaba con nuevos proyectos como “Trafalgar” o proyectos no concluidos pero a los que se les dedicó mucho tiempo, aprendizaje, risas y enfados; espinas clavadas, como “La muerte y la doncella”.  

        Otros proyectos iban llenando este camino sin regreso. Tuvo la suerte de participar en algunas de las ediciones de “Campos de Trabajo” y así representar “Los amantes de Teruel”, o de realizar y actuar en cortometrajes como: “La mujer que limpiaba las iglesias”, “Wildtrack”...  Y continuaban las andaduras con más cortometrajes de la escuela de cine de Pto. Real, contando algunos chistes en el programa “Un país de chistes”, por los pueblos de León con Unitínere, haciendo lecturas dramatizadas de poemas, y como no, como cada año hacer un homenaje a “Don Juan Tenorio”...  

        En toda esta andadura se mezclaban estudios y trabajo, la realización de trabajos técnicos y no tan técnicos para otras obras de teatro. Siempre, pasara lo que pasara, el teatro quedó presente en su vida de una forma u otra, hasta el punto de que sus principales ingresos venían de rutas turísticas teatralizadas o cenas temáticas. 

        Ahora, finalizando el proceso de la serie “El Círculo” (esperemos que sólo sea el fin de la primera parte), hace memoria del recorrido de estos capítulos: “de cuánto he aprendido de la experiencia y profesionalidad de Juan Antonio Díaz, de la especial visión de Susana Millán, de la capacidad de trabajo y resolución de problemas de Juan Antonio Panés, de las clases magistrales de Teo Lobato, de los pequeños consejos de José Chaves, Antonio Dechent y Carlos Álvarez-Nóvoa, y por supuesto de todos los compañeros que hacen posible cada fragmento de este proyecto”. 

        Grandes compañeros, grandes amigos y grandes maestros han caminado junto a mí, y yo he tenido la suerte de caminar junto a ellos. Y eso es lo más importante que me ha dado el teatro.”

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