Sus
primeros pasos por el mundo del teatro tuvieron lalrededor del año 2000 y la
razón, fue simple y sencillamente, ligar. Su hermana le dijo: “¿Porqué no te
vienes que vamos a formar un grupo de teatro clásico” en la universidad?. Su
respuesta fue de duda, pero ella insistió en que había muchas chicas, y fue el
detonante para ingresar en un mundo del que se dio cuenta que jamás podría (ni
querría) regresar.
No puede recordar esos momentos sin
nombrar a Koki Sánchez, Antonia Carmona y Emilio Flor, personas que le influyeron
mucho en esos primeros momentos. Uno tras otro fueron pasando los años, inmerso
en obras de teatro clásico y cursos, muchos cursos, más de los que podía
abarcar. En este etapa es imposible no nombrar a José Troncoso, con quien ha
tenido la suerte de realizar varios cursos.
Durante esos años, conoció obras como
“Los Gemelos” , “Lisistrata”, “Las avíspas” y alguna tragedia como “Agamenón”.
Y paso a paso continuaba con nuevos proyectos como “Trafalgar” o proyectos no
concluidos pero a los que se les dedicó mucho tiempo, aprendizaje, risas y
enfados; espinas clavadas, como “La muerte y la doncella”.
Otros proyectos iban llenando este
camino sin regreso. Tuvo la suerte de participar en algunas de las ediciones de
“Campos de Trabajo” y así representar “Los amantes de Teruel”, o de realizar y
actuar en cortometrajes como: “La mujer que limpiaba las iglesias”,
“Wildtrack”... Y continuaban las
andaduras con más cortometrajes de la escuela de cine de Pto. Real, contando algunos
chistes en el programa “Un país de chistes”, por los pueblos de León con
Unitínere, haciendo lecturas dramatizadas de poemas, y como no, como cada año
hacer un homenaje a “Don Juan Tenorio”...
En toda esta andadura se mezclaban
estudios y trabajo, la realización de trabajos técnicos y no tan técnicos para
otras obras de teatro. Siempre, pasara lo que pasara, el teatro quedó presente
en su vida de una forma u otra, hasta el punto de que sus principales ingresos
venían de rutas turísticas teatralizadas o cenas temáticas.
Ahora, finalizando el proceso de la
serie “El Círculo” (esperemos que sólo sea el fin de la primera parte), hace
memoria del recorrido de estos capítulos: “de cuánto he aprendido de la
experiencia y profesionalidad de Juan Antonio Díaz, de la especial visión de
Susana Millán, de la capacidad de trabajo y resolución de problemas de Juan
Antonio Panés, de las clases magistrales de Teo Lobato, de los pequeños
consejos de José Chaves, Antonio Dechent y Carlos Álvarez-Nóvoa, y por supuesto
de todos los compañeros que hacen posible cada fragmento de este proyecto”.
“Grandes compañeros, grandes amigos y
grandes maestros han caminado junto a mí, y yo he tenido la suerte de caminar
junto a ellos. Y eso es lo más importante que me ha dado el teatro.”
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